domingo, 28 de junio de 2009

El Ermitaño


Crowley, que tiene acostumbrado de dotar de una estética muy especial a los arcanos, no hace cambios importantes en el ermitaño. Una figura vestida de ropajes rojos ocupa la parte central de la carta. Adivinamos que es de edad avanzada por la manera de caminar encorvada y la abundante barba.

Crowley bebe de sus antecesores y vuelve a usar una lámpara para iluminar el viaje que realiza hacia la sabiduría. Una de las características del mago inglés es de aumentar el poder de los protagonistas. En el Tarot de Marsella el ermitaño portaba una lámpara, el de Rider una estrella y el de Corwley el sol, representado con su símbolo. Los rayos de su fuente de luz iluminan toda al escena en una composición de líneas rectas.

El símbolo de la serpiente con el huevo cósmico, que hacía aparición en el el arcano de los enamorados, vuelve a aparecer y el ermitaño lo observa como fuente de conocimiento. En la parte inferior derecha encontramos un perro de tres cabezas que nos recuerda al perro que acompañaba al loco en otros Tarots. En el Tarot Crowley no tiene una misión de perro guía y fiel que acompaña al sabio. Se trata de Cerbero el perro de la mitología griega de tres cabezas que tenía como misión guardar "la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar (19)". Aquí representa los peligros a los que tiene que hacer el frente el sabío en su viaje de la búsqueda de la sabiduría.

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